Durante el 2015 la economía brasilera tuvo una de las mayores caídas de su PBI en la historia. La contracción de la actividad llegó casi al 4% en una economía donde el Producto Bruto Interno alcanza los 2, 3 Trillones de dólares. Para comparar la gravedad de su crisis, la destrucción de riqueza fue de 92 mil millones de dólares durante el 2015, es decir, casi el 20% del PBI de Argentina. Lo más problemático es que las estimaciones de este año, indican que Brasil volverá a tener una contracción económica en el orden del 3,4%. Por ello, haremos un análisis de las principales causas del desplome de su economía y veremos si resulta ser una oportunidad comprar deuda brasilera.
Principales causas de la crisis económica
Si los pronósticos resultan ser eficaces en las proyecciones de la economía brasilera, nuestro vecino estará sufriendo en estos dos últimos años una o la mayor crisis económica de su historia. Sólo durante el periodo 1930-1931, en plena crisis de La Gran Depresión Internacional, Brasil había tenido una recesión similar a la que vive. El boom del comienzo del siglo XXI quedó atrás y las causas de su situación actual se pueden resumir:
A pesar que algunas variables económicas internacionales afectan dramáticamente la economía, ya sea la desaceleración del crecimiento de China, la caída de más de un 50% del valor de la commodities desde sus precios máximos, o el fin de las tasas en 0% y la potencial suba por parte de la FED en los próximos meses. Nuestra visión es que el principal problema es estructural y está asociado al gasto publico.
Durante le época de Lula, el índice de pobreza era tan elevado que millones de brasileros lograron salir de su situación de emergencia económica. Diferentes medidas fiscales del gobierno lograron dinamizar la actividad. El estimulo del consumo interno, a partir del aumento del salario mínimo, las diversas exenciones impositivas y subsidios a la industria, fueron algunas de las causas del crecimiento. Sin embargo, el aumento exponencial del gasto fiscal se tradujo en una presión sobre los precios. Para tomar como referencia, el target inflacionario de Brasil de 2016 definido por su Banco Central es de 4,5%, sin embargo la inflación actual brasilera anualizada alcanza 14, 25%. La mala praxis monetaria de controlar la inflación vía precios administrados ha sido una de las variables que generaron el aumento exponencial de su gasto público. Para ser realistas, nada de lo que un argentino no tenga experiencia.
A este escenario desfavorable, debemos sumarle un recorte muy importante de inversiones extranjeras. El Petrolao puso en evidencia la fragilidad del sistema legal, económico y político de Brasil, excluyéndolo de aquellos países con mayores índices de Inversión Extranjera Directa de la región y hasta del mundo. Por ello, la pérdida de competitividad económica causado principalmente por una inflación descontrolada ha generado un aumento sostenido en los costos de producción, que se traducen en mayor debilidad para la industria. La confianza se vio destrozada durante la gestión del gobierno de Dilma y el retraso de inversiones implica mayor ajuste fiscal y mayor recesión.